Praying mantis, European mantis/ Mante religieuse
La mantis religiosa, también conocida como Insecto de Santa Teresa, es un depredador avezado que practica la caza de otros insectos y arañas, emboscado o al acecho.
Mi primer encuentro con la mantis protagonista de esta entrada, fue absolutamente casual, pues iba pendiente, de los numerosos saltamontes que se levantaban con cada uno de mis pasos sobre el seco herbazal. Y allí estaba ella, como si fuera una hierba más, en posición de reposo, firme, y con las patas anteriores dobladas por delante de la cara. Por recordar esta postura a una persona rezando, la mayoría de los nombres con los que se conocen a estos insectos hacen alusión a ello.

Cuando me aproximé un poquito más a ella, sabía, que con su buen oído y visión, iba a emprender vuelo, como así fue, y su siguiente destino fue la rama de un espino albar. Me lo puso muy difícil, pues para poder fotografiarla terminé toda arañada por las grandes espinas que tienen estos pequeños árboles.


Ella giraba la cabeza a un lado y a otro, y después se quedaba mirándome fijamente. Llegué a creer que no la iba a asustar, que ya me reconocía… pero me equivoque, así que de nuevo, optó por irse.
Tuve suerte, porque la pude seguir hasta un roble cercano. Mi peor enemigo ahora era la posición de la luz. Insistí en fotografiarla. . , pero a la tercera fue la vencida, porque esta vez su vuelo se perdió entre el sol, las nubes y la vegetación.

Todo en este voraz depredador está concebido para la caza y para pasar desapercibido entre la vegetación: Su cuerpo es alargado –unos 7- 8 cm las hembras, y algo menos los machos – , y su coloración, verdosa o parduzca según sea su hábitat. Las patas anteriores (raptoras), muy largas y espinosas, le son muy útiles para atrapar sus presas con un rápido lanzamiento. EL primer segmento del tórax (protótax) es muy largo (parece un cuello) y termina en una cabeza muy pequeña, triangular, con dos grandes ojos compuestos ovalados y largas antenas. La cabeza, muy móvil, puede girarla 180º.
Las Mantis son insectos beneficiosos porque controlan una importante población de insectos y arácnidos. Su mala fama se debe a que a veces –muchas o pocas, según se mire- devoran a los machos con los que se aparean. Pero es que la cópula es muy larga, y durante ese tiempo el hambre “les ciega”, y lo que más cerca tienen, cuando giran su cabeza, es la cabeza de su pareja. No todas lo consiguen, pero si lo logran, lo que queda del macho permite que la cópula continúe durante un tiempo, y eso lo permite la configuración de su sistema nervioso. Finalizada la cópula, la hembra puede terminar la comida iniciada, importante alimento para sacar adelante a su descendencia. Y los machos parecen aceptar este comportamiento, pues no desisten de ello.
Nombre científico: Mantis religiosa. Familia: Mántidos. Orden: Mantoideos. Clase: Insectos.
En un soleado día de octubre, en El Escorial (Madrid).