Al caer la tarde, los gamos que viven en la reserva natural del Monte del Pardo cambian de lugar y se aproximan hacia otras zonas donde alimentarse. Desde uno de los caminos que hay pegado a la valla metálica que limita la reserva, pude observarlos a una distancia relativamente cerca.
Primero aparecieron las hembras en pequeños grupos y dispuestas a comer con esa tranquilidad que les daba el saber que no había ningún macho en celo que las importunara.
Pasado un tiempo se acercaron ellos, avisando desde muy lejos con sus ronquidos broncos (berrea) que se fueran preparando para el cortejo. Y cuando llegaron, se hicieron primero los despistados, tantearon el ambiente y después escogieron a un grupo de hembras. Cuando de entre ellas deciden elegir a una, les roncan, la olisquean, mueven sus cabezas para exhibir sus cornamentas, e intentan ganársela por las buenas. Si no lo consiguen con una, lo intenta con otra. No les es fácil, pues ellas suelen salir esquivarlos o salir corriendo, y ellos detrás, desesperados. Y si encima aparecen otros machos en su grupo de hembras se las tienen que ver con ellos, así que se desafían y pelean hasta quedarse solos con su grupo de hembras.
Estos machos en celo sufren ciertas transformaciones, entre ellas, el de su pelaje, haciéndose más claro el de los costados y más oscuro el del cuello y el de la cabeza
Nombre científico: Dama dama. Familia Cérvidos. Orden: Artiodáctilos