Cigüeña blanca (Ciconia ciconia)

White stork / Cigogne / Storch

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La cigüeña blanca, con su gran tamaño (1 a 1.5 m de altura y unos 2 m de envergadura alar) y hermoso porte, es una de las aves más familiares de nuestros paisajes rurales y urbanos. Cada vez son más las cigüeñas que deciden pasar el invierno con nosotros, especialmente cuando estos son benignos y disponen de comida para alimentarse (los basureros son uno de los lugares en los que, como otras muchas aves, encuentran  alimento «fácil» aunque no siempre sea el que más les convenga).
Sus patas y picos son de un llamativo color rojo en los ejemplares adultos, mientras que negruzcos en los jóvenes.


No les importa el lugar donde construir el nido si éste es alto y relativamente cercano a los puntos donde pueden adquirir el alimento. Es sabido de todos que el peso de sus nidos (hasta 300 kilos) constituyen un problema en determinados lugares urbanos donde se asientan.

Las cigüeñas utilizan para comunicarse entre sí y con otros congéneres un sonido denominado crotoreo; lo producen al abrir y cerrar el pico en secuencias muy rápidas y suelen acompañarlo con movimientos del cuello -lo flexionan hacia atrás y en muchas ocasiones hacia delante. Es un tableteo o castañeteo hueco, intenso, que se escucha desde largas distancias.


Esta es la imagen que vemos cuando crotorean y flexionan hacia atrás el cuello, apoyándolo en su dorso.

Nombre científico: Ciconia ciconia. Familia: Cicónidos. Orden: Ciconiformes. Clase: Aves.

 

68 comentarios en “Cigüeña blanca (Ciconia ciconia)

  1. Maravillosas las cigüeñas!
    Es cierto que ahora pasan más tiempo entre nosotros con estos inviernos anormalmente cálidos. Este año, en mi pequeña aldea de Lugo, he tenido ocasión de disfrutarlas más tiempo del habitual. Un gran abrazo amiga Isabel 😊

  2. Me encantan las cigüeñas, he crecido en un pueblo viéndolas ir y venir hacia la torre para hacer sus nidos. Precioso tu reportaje. Las fotos magníficas. El texto como siempre didáctico. Gracias amiga por tu buen hacer. Un fuerte abrazo.

  3. Antes, la llegada de la cigüeña anunciaba el final del periodo más crudo del invierno. En mi caso, suponía un plus de contento porque mi abuela las recibía con alborozo; es posible que fuera uno de esos cariños familiares que pasan de padres a hijos. Recuerdo una primavera, en un pueblo de Extremadura, en que observé a lo largo de los días cómo la cigüeña madre abanicaba a sus polluelos y extendía toda su envergadura para darles sombra; al menos eso fue lo que interpreté, y me pareció bonito pensarlo. Pero eso ocurrió cuando las cigüeñas iban y venían y no estaban tocadas aún por este disloque.

    Isabel, somos los últimos testigos del mundo de ayer. Lo hemos visto como debió de ser durante siglos, con apenas modificaciones. Haces muy bien en enseñarnos a amar esa naturaleza a la que estamos dejando de pertenecer y en la que vivíamos insertados sin tener conciencia de ello.

    Como siempre, muchas gracias por tu excelente trabajo.

    Un abrazo muy fuerte.

  4. Que bellas las cigüeñas, sobre todo volando con su aire majestuoso, y en sus nidos, crotorando.
    Preciosas tus fotografías, Isabel, y siempre un placer venir, no sólo a disfrutar de la belleza sino también a aprender.
    Por aquí también las hay, llegaron un poco antes de San Blas, será por el buen tiempo, las veo todos los días en los alrededores del zoo de Santillana del mar, en sus nidos, ya con crías ahora, sobrevolando los campos por si hay comida, o llevando palos con sus picos, que cargan con cada uno que no sé cómo pueden.
    Gracias, Isabel, un abrazo

    montserrat m.

    recuerdo ahora mismo que hace un año una cigüeña quedó ensartada en la torre de la iglesia de Navalmoral de la Mata, por lo visto al párroco del lugar le molestaba que anidara allí año tras año, no se le ocurrió cosa mejor que poner unos hierros, a modo de espadas. Pobre animaluco
    Creo que la foto lo dice todo..

    • Gran sorpresa y alegría, Monserrat, saberte por aquí, tener noticias tuyas y que nos comentes sobre las cigüeñas.
      La foto que envías me cuesta mirarla, me parece terrible, y la actuación del párroco abominable. Hay otras soluciones para que el exceso de peso de los nidos no echen abajo los tejados, en la tercera foto se pueden apreciar bien.
      Muchas gracias, amiga, y ¡hasta pronto! Ese es mi deseo.
      Un fuerte abrazo.

      • Si, como lo sabes, pero el otro día debatiendo poéticamente con unas amigas poetas, una de ellas la llevó con su poesía. Una amiga de encuentros, magnífica poeta gallega que también reside en Madrid. Y me gustó tanto el uso de esa palabra poéticamente…y ayer al verla integrada tan magníficamente en tu texto, me emocioné y volví a disfrutar de la palabra. Un beso Isabel.

  5. Estupendo reportaje sobre las cigüeñas. Recuerdo mi infancia observando el vuelo de las que anidaban en el torreón del castillo de mi pueblo, y sus idas y venidas a los humedales próximos, para volver con ranas y culebras de agua para sus polluelos. las fotos son sugerentes y preciosas. Un abrazo, Isabel y sigue deleitándonos con tus conocimientos biológicos, siempre fascinantes ❤

    • Por lo que dices has sido una privilegiada, magnoliae, porque además esos recuerdos de la infancia perduran siempre; gracias por hacernos partícipes de ello y, además, ampliar la información que yo he dado, porque no he comentado de qué se alimentan y tu lo dices (aunque al hacerse más urbanitas visitan demasiado los basureros). ¡Buen día!

  6. Un reportaje fantastico!! Y veo que nostálgico y lleno de sentimientos para muchos que las han tenido en sus vidas.
    Veo que hay sitios que están luchando por qué no aniden y quizá con estos actos cambiaran algo muy bello y natural
    Abrazos

  7. Unas fotos llenas de luminosidad en secuencia que nos muestra ese comportamiento de estas aves. La llegada al nido y la salida provocan ese crotoreo de saludo y reconocimiento. Yo recuerdo este sonido en las iglesias del pueblo de mi madre (Puerto real, Cádiz) y a mi abuela decir que las cigüeñas se «hablaban» de iglesia a iglesia.
    Un abrazo.

  8. Como dice el amigo Javier Sierra, en nuestra zona no las vemos y siempre nos impresiona el tamaño que tienen y el blanco de sus plumas. Sobre el reportaje solo decirte que ya se algunas cosas mas sobre las cigüeñas gracias a ti.
    Un abrazo.

  9. Míticas y legendarias. A mí me dejaban el cuello torcido de tanto mirarlas cuando iba a Castilla y las veía posarse y despegar; volar y aterrizar en sus enormes nidos. Son aves fascinantes, no solo, por aquello de que traían los niños de París, sino por su majestuosa y grandeza naturaleza. Sería muy triste dejar de verlas, contemplarlas.
    Preciosas tus fotografías, Isabel. Tan bellas como sus personajes.
    Ah, y preciosa también la palabra crotorear, desconocida para mí.
    Un besín, de esos que valen por tres.
    Blanca

    • Pues así es, teníamos que ir a Castilla para poder verlas y resultaba sumamente emocionante… y hay que ver lo que nos atontaban diciendo lo de los «niños de París».
      Me alegra que te hayan gustado las imágenes; muchísimas gracias, amiga por tu comentario y tu inestimable apoyo.
      Besinos también para ti.

  10. Has recreado la majestuosidad de estos animales de una manera magistral. Yo solo las veía en mis sueños de niño y me traes la nostalgia de esos momentos. Tus fotos son fabulosas. Bien por ti y tu arte.

  11. Hola Isabel, veo que hoy estás rodeada de cigüeñas! 🙂 Esos majestuosos vuelos que has captado son tremendamente bellos y elegantes… Como siempre, he aprendido interesantes conocimientos acerca de esta emblemática ave, tan característica de esas tierras castellanas. Por ejemplo, me he quedado anonadado al leer que sus nidos pueden pesar hasta 300 kgs. ¡pobres campanarios! En mi tierra casi no anidan las cigüeñas, por lo cual he vivido muy poco sus costumbres. En muchos años, la única que ví es la que me trajo a casa desde París 🙂 Me alegro mucho de volver a gozar de tus posts! Un fuerte abrazo!

    • Rodeada de cigüeñas no estoy, je je… (ni recuerdo siquiera la que hizo conmigo el viaje desde Paris) pero salgo a su encuentro como has podido comprobar.
      Sus nidos, Jacinto, llegan a ser un auténtico problema en muchas iglesias -les encantan las espadañas- y edificios similares, así como postes de la luz, etc. etc. Ahora en muchos lugares les ponen unas estructuras para que hagan en ellas los nidos, en unos casos en postes en otros en las iglesias (fíjate en la tercera foto).
      Muchas gracias por tus palabras.
      Un fuerte abrazo.

  12. Qué bonitas Isabel!
    A mi me gustan mucho pero aquí se ven poco.
    Yo solo las he conocido por fotos. Las tuyas son excepcionales, y lo que nos cuentas sobre ellas, es muy interesante.
    No conocía la magnitud de sus nidos, 300 kilos realmente impresiona.
    Gracias por tu valiosa información. Me ha encantado leerte.
    Un abrazo grande grande grande

  13. Una Vez Más Una Serie Preciosa, Llena De Buenas Fotos Y Datos Que nos Ayudan A Ir Conociendo Más La Naturaleza… «Crotore» Precioso Nombre…. Y AL Final Ya Sé Como Se Llama….Estos Inviernos Cálidos Si Que Hacen Que Cada Vez Se Queden Más Tiempo Entre Nosotros, EN la Zona Norte De León Creo Que Cada Vez Aumenta Su Numero. Una Gran Entrada … Saludos Isabel

  14. Tus fotos son maravillosas, querida Isabel. Cuando me paseo por tu blog siempre me acuerdo de mi abuelo Joaquin que era un gran amante de la naturaleza y gran conocedor del canto de las aves. Y pienso lo que él habría disfrutado gracias a los avances técnicos y a publicaciones como las tuyas. Gracias
    Un abrazo grande.

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